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  Howard Gardner  

  Howard Gardner    

(Scranton, Pensilvania, 1943) Psicólogo y pedagogo estadounidense que formuló y desarrolló la teoría de las inteligencias múltiples. Hijo de una familia alemana que emigró a Estados Unidos para escapar del régimen nazi, estudió en la Universidad de Harvard, por la que se doctoró en psicología social en 1971, iniciando luego una carrera docente que lo llevaría a formar parte del plantel de dicha institución como titular de la cátedra de cognición y educación y profesor adjunto de psicología.

 

En 1970, un año antes de doctorarse, se convirtió en codirector del Proyecto Zero, un grupo de investigación creado en 1967 por la Escuela Superior de Educación de Harvard, cuyo objeto de estudio eran los procesos de aprendizaje de niños y adultos. Los trabajos de investigación de Howard Gardner, que acabarían propiciando cambios significativos en los modelos educativos, lo llevaron a la conclusión de que la inteligencia no se reduce sólo a la capacidad de solucionar las cuestiones abstractas, como habitualmente tiende a creerse, sino que se compone de varias facetas que interactúan entre sí, aunque cada una de ellas se adapte específicamente a las diversas situaciones que el individuo aborda a lo largo de su vida.

 

En una primera etapa, Gardner y su equipo de Harvard distinguieron siete tipos de inteligencia, desarrolladas en distintas áreas del cerebro. Así, la primera de ellas, la inteligencia lingüística-verbal, es la capacidad de usar correctamente el lenguaje; se aprecia en los niños a los que les gusta leer y contar cuentos, y que aprenden con facilidad otros idiomas. La segunda, llamada inteligencia lógico-matemática, corresponde a la capacidad de manejar números y establecer relaciones lógicas; la poseen de modo innato los niños que resuelven con fluidez cálculos aritméticos y se aprecia en los adultos que manejan fácilmente conceptos abstractos.

 

Le siguen la inteligencia corporal-cinética, que atañe a la facultad de expresar sentimientos e ideas con el propio cuerpo y facilita el uso de herramientas; se aprecia en las personas hábiles con sus manos y en aquellas que tienen aptitudes para el deporte o la danza. La inteligencia espacial supone la capacidad de orientarse en el espacio, de interpretar planos y croquis o de visualizar volúmenes representados en dos dimensiones. La inteligencia musical la tienen los individuos capaces de percibir y expresar el ritmo, el timbre y el tono de los sonidos musicales.

 

La inteligencia interpersonal la desarrollan las personas que se comunican fácilmente con los demás y manifiestan empatía hacia ellos, mientras que la inteligencia intrapersonal, por último, facilita la introspección y la capacidad de aprovechar el autoconocimiento, y permite expresar los sentimientos. A este listado se añadió más adelante una octava faceta, la naturalista, que consiste en la capacidad para conectar con la naturaleza. Según Gardner, esta potencialidad ya fue característica de los primeros seres humanos, cuya supervivencia dependía de la observación del clima y el uso de plantas aptas para el consumo. En fechas más recientes, Gardner y su equipo barajaron la posibilidad de añadir nuevas vertientes a la nómina anterior, como la espiritual o la digital.

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